“Al principio no había nada y
hubo una gran explosión ….”, así comenzó el Big Bang y algo parecido sucedió en
1983, cuando por primera vez se retransmitió en nuestro país la
Vuelta Ciclista a España, precisamente la de los lagos de Covadonga y muchos
chavales nos emocionamos viendo a Marino Lejarreta, el Junco de Berritz, retorciéndose
por la Huesera. El ciclismo había aparecido para el gran público y en mi se
convirtió en imperiosa la necesidad de tener una bici de carreras para dejarme
el alma en todas esas cuestas.
Toda una generación rindió pleitesía
a nuestro deporte, de gente estratosférica, de héroes que rozaban lo imposible.
Ese mismo deporte que ahora aparece manchado por la lacra del dopaje que oculta
toda la épica y belleza del mismo.
Hace casi treinta años, pero
parece que fue ayer.
Disfruten de las imágenes, de un
ciclismo de otro siglo, el ciclismo con el que algunos nacimos.