¡Arte y oficio!
El lunes tocaba competir a los Cadetes en
Candamo, en la XI Subida a la Virgen de la Cueva, espectacular carrera, quizás la
más dura del Calendario y por tanto de las más apetecibles, que a mayor
aliciente, contó con una excelente participación, 77 corredores en masculino y
diez corredoras féminas, encuadrados en 19 equipos, a los habituales del
Asturcantabro; BATHCO, SEGURVITAL, CONSTRUCCIONES PAULINO-OV, GIJON-LAS MESTAS,
ISIDORO SAN JUSTO, CAMARGO, CORBATAS PINDAL, AYTO. DE ENTRAMBASAGUAS, GUTTRANS,
AGRICOLA CUELI, EDM TORRELAVEGA, GRUPO INCERA, EC RUTA DEL OCCIDENTE y EC
CARREÑO se nos unieron corredores de la SELECCIÓN DE BIZKAIA MASCULINA Y FEMENINA, BIZKIMUAK,
PAGO Y CLAIRET, CC LEON y FUENLABRADA. Bienvenidos vizcaínos, madrileños, castellanos leoneses y
manchegos. La prueba consistía en tres vueltas, las dos primeras a un circuito
de algo más de 20 km y una final más reducida a otro de unos 13 km, para
completar un recorrido de 54,5 km con un desnivel acumulado de 750 m, con seis
cotas puntuables, siendo la última la espectacular subida a La Cueva. Magnifica
organización, respeto el tiempo, así que solo faltaba disfrutar del espectáculo.
No nos valía solo con ganar, hoy
había que estar soberanos, multiplicarse y estar en todos los sitios. Concentración
en todo momento.
De salida Ivan, Yago y Pedro
adelante. Liam estaba en todas las fugas, con Oriol en un primer intento,……. hasta que consiguió irse con un viejo conocido,
Gontzal , con el que del viernes culminó fuga, consiguieron ser los primeros en
Aces, en el primer paso. Alcanzados, contrataque del valiente siempre, Jaime
Velasco del Bathco, tomaría una ventaja del minuto.
Al paso por el km 32 salen del
pelotón cinco corredores, Oriol (Segurvital), Erik Vegas (I. San Justo), Javier
Coto (S.Bizkaia), Iker Landeta (Entreambasaguas) y Yago por los nuestros. En el 36 navegan a medias entre el pelotón y
el escapado, al que darán alcance justo antes del nuevo inicio de Aces, pero
este contratacará para llevarse la montaña, seguido de Oriol y Yago. El pelotón
pasa con un retraso de 45´, que mantendría a su paso por San Román.
Aquí vendría la gran batalla. En
el muro de San Román, Edu suelta un zarpazo y se va de todos e inicia una
locura programada, empieza a abrir hueco con los de atrás y a comérselo a los
de la escapada. En Candamín está suficientemente cerca de la fuga para avisar
al compañero y este se percate de su presencia.
¡Esto ya había pasado!, sueño, premonición,
deseo, ¡qué sé yo!, pero se estaba cumpliendo.
El tema es que el equipo
ejecutaba una coral, sin partitura, a convencimiento y conocimiento ¡Cuantos
años de escuela, de jinkana, de prao, de barro, de asfalto, de óvalo!
Sigamos, que en el repecho se ha
formado el dúo, que con un ritmo endiablado casi ha vuelto a entrar al final de
la pestosa subida. En el llano están en la fuga. La presencia de Edu intimida y
coarta a la hora de colaborar, pero el hueco es importante, menos del minuto,
45 segundos, porqué si no hubiesen pasado los coches. A pie de Aces, Edu vuelve
a tensar la cuerda, enfila el grupo y corona el primero, si gana también lo
hará en la montaña. Yago sufre y se queda, no lo suficiente para que sacando la
línea azul del rango de la pantalla, vuelva a estar en el arranque de la subida
final con el grupo. Ya no hay más estrategias, queda la subida final y tocan a
arrebato. La suerte está echada y Edu consigue alzar lo brazos arriba, seguido
de Erik y de un Oriol, que estuvo metido en todas las batalles y mereció mejor
suerte. Buena subida de Yago, de menos a más como buen diésel. Mala suerte de
Liam, con una caída en la subida, que le hizo retrasarse al final.
Para ellos va esta actuación,
recompensa de tantos años dedicados a formar deportistas.
El resto lo podéis ver en las
clasificaciones.
Como epilogo felicitar a la
organización por la preciosa carrera, deseándole suerte para años venideros, el
trabajo bien hecho, bien les luce. Emplazarnos para ver el final del Asturcántabro
el 10 de septiembre en Molledo, donde nos jugaremos el campeonato final frente
a nuestro amigo, el superclase de Richard, extraordinario ciclista y mejor tío, todavía.
¡Qué Dios reparta suertes!
Vídeo de la entrega de trofeos
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