Este fin de semana tocaba desplazarse a tierras gallegas, cambio de aires, de rivales y de tipo de pruebas. Empezábamos el sábado en el tradicional recorrido de la Avenida Infanta Elena, de la capital lucense. Circuito urbano, muy llano y con el aderezo de un potente viento de costado, que entraba en contra en la linea de meta. En estas circunstancias el sprint era el desenlace más probable, así que nuestra primera opción era la de resolver la prueba en los metros finales con nuestro hombre rápido.
Saltar con ese viento, era casi un suicidio. En contrameta se volaba y en meta era como chocar contra un muro. Pero había que estar en todas las escapadas, en los que se metiera más de un corredor. ¡A la perfección! no hubo ni un solo descuido y tanto Darío, Ivi, Yago como Edu estuvieron en todos los cortes, evitando tener que resolver situaciones complicadas, manteniendo siempre el control de la situación.
Salida rápida propiciada por querer ir todo el mundo bien colocado, lo que originaba mucho látigo, desgranando el pelotón poco a poco, hasta mitad de carrera, donde se formó un pelotón de veintisiete unidades, que serían los que terminarían la prueba. De este se sucedían continuamente saltos, que no llegaron nunca a contar con diferencias importantes.
Desafortunadamente a falta de menos de dos vueltas se produjo una caída de Pedro, quedando cortado. Con oficio, se pararon todos e iniciaron una "crono" para reintegrarse al paquete. Al inicio de la última vuelta estaban dentro. Pese a la dificultad para pasar adelante y pagando todos esos esfuerzos consiguieron un meritorio quinto y noveno puesto, con Pedro y Edu, pero sobre todo la satisfacción de un trabajo impecable, al que nos vienen acostumbrando estos chavales.
¡Equipo!
Si señor. Recoger bártulos y continuar camino hacia Vigo.
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